El refrán dice que quien va de romería… ¡se arrepiente al otro día!
El verano es una época de excesos. Las noches largas y calor nos pueden hacer beber más de la cuenta sin apenas enterarnos. La resaca de la mañana siguiente es uno de los peores enemigos del bienestar. Los síntomas que provoca “pasarse un poco con el alcohol” son:
- Estómago como una batidora
- El corazón acelerado
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Mal sabor de boca
Todos ellos se deben a que el hígado únicamente es capaz de procesar una cantidad limitada de alcohol cada hora. El excedente, en forma de toxinas, pasa al torrente sanguíneo, llega al cerebro y provoca los desórdenes que acabamos de mencionar. Además, el alcohol es un potente diurético que provoca una fuerte deshidratación. Inhibe la hormona que ordena a los riñones absorber el agua necesaria para el correcto funcionamiento orgánico. Tal déficit afecta a las terminaciones nerviosas, y entre ellas, a aquellas que provocan el dolor de cabeza.
Cómo evitar la resaca
Existen infinidad de teorías sobre cómo evitar la resaca, pero lo cierto es que ninguna de ellas resulta 100% efectiva. Se trata de aumentar la irrigación sanguínea y el suministro de oxígeno a todo el organismo. Te proponemos los siguientes paliativos:
- Las duchas o los baños relajantes
- Beber mucha agua
- Dormir las horas necesarias para que el alcohol sea eliminado por el organismo (7 gramos por hora)
- Tomar Vitaminas C y E, que son antirradicalares (nos será muy útil porque los productos de degradación del alcohol, y la mezcla de bebidas, producen etanol y consiguientemente un sinfín de molestias gástricas por erosión en la mucosa del estómago)
- Tomar aminoácidos, que se encuentran generalmente en el tomate, en la zanahoria, en la naranja, el limón y el pomelo (son compuestos capaces de neutralizar los radicales libres que por culpa del alcohol se acumulan en el hígado y que se potencian aún más cuando se fuma)
Si vamos de fiesta, o tenemos hijos que salen de marcha, es una buena receta tener la precaución de haber bebido suficientes líquidos durante la tarde. Se trata de estar bien hidratados. Al bailar, y con el calor, podemos beber más de lo aconsejable sin darnos cuenta. Una alimentación sana, una correcta hidratación, no excederse demasiado y beber con moderación son los mejores consejos para disfrutar de una noche de fiesta… y una mañana de vacaciones maravillosa 😉